Los Quintaesencia son llamados los teléfonos rojos dentro de la terapia de Aura-Soma.
Nos permiten hablar con nuestros guías espirituales, en este caso con El Morya, un maestro ascendido de Cachemira.
Antes de hacer la canalización de esta quintaesencia leí lo que decía Doreen Virtue sobre él y cómo a ella le sorprendió que la imagen que había canalizado se pareciera tanto a la que había en la fotografía de Madame Blavatsky.
Debo decir que a mí me pasó lo mismo, la persona que canalicé se parecía muchísimo a la que aparece en la fotografía de Blavatsky.
Lo más importante de esta Quintaesencia que aplico en las sesiones de akáshicos, regresiones y cristales, es que permite clarificar, determinar e impulsar el propósito de nuestras vida, y cualquier proyecto de gran importancia para nosotros.
Yo llamo a esta Quintaesencia y a la influencia del Morya, El empujón. Te ayuda fundamentalmente a abrazar aquellas circunstancias que te son difíciles y desagradables, y así poder entender cómo son parte de ese plan divino.
La energía del Morya es dinámica, fuerte y enérgica, tienes ganas inmediatamente de ponerte manos a la obra con tu objetivo.
Además, en la foto está colocado sobre mi preciosa Celestina de Madagascar.
La Celestina es una piedra que infunde paz, muy buena para trabajar la autoestima y para infundir esa certeza de qué todo va a ir bien, cómo un radiante cielo azul.
El trabajo con el Morya te lleva a sentir esa certeza respecto a algo importante para ti. No por nada tienen el mismo color.